miércoles, 30 de septiembre de 2009

La oralidad y el cristianismo.



Cuando hablamos de oralidad, la comunicación está limitada por un espacio y tiempo, que son los pertinentes a cuando se transmite un mensaje y el del receptor, como si se tratara de una relación ponente y auditorio. De manera colectiva, los oyentes se conforman como una unidad en su totalidad, es entonces cuando se inicia la lectura. En este caso, la Biblia. Las lecturas que se dan durante las celebraciones religiosas son a voz alta, pues “Dios” es quien les habla a los fieles, no les escribe, o les informa la palabra divina en folletos. La palabra entonces comprende un factor importante de poder pues al relacionarla con algo interior, ayuda a los oyentes a comprender su mundo y sus perturbaciones acerca de la vida. Es cierto, existen dentro de las grandes religiones escritos donde basarse, pero lo que hace esto es reconfirmar sus bases en la oralidad. Vemos como los sistemas cognitivos hacen presencia y acción en los oyentes, el apocalipsis es un ejemplo claro de esto, situaciones y seres mágicos creados en la imaginación ante la inminente destrucción total. La utilización de ciertas frases, como “La fe es por oir” (Romanos 10:17) y "La letra mata, más el espíritu [el aliento, que anima la palabra hablada] vivifica" (2 Corintios 3:6) al llevar al análisis revocan a sucesos y hechos, que se encuentran, haciendo de manera directa, alusión a la oralidad. Nos es familiar acaso el que Dios le “hable” a Jesús y que a través de él, ¿Conocer la “palabra” de Dios? Lo mismo ocurre con los cantos, el “Padre nuestro” en ciertas partes remite a un uso e iluminación de la verdad, se convierte en un código que conducta que se adopta por los devotos como propio, para cualquier situación social y personal. Podemos ver de manera provisional cómo la palabra humana se carga de sacralidad, poder y remite inevitablemente en este caso que vimos a algo divino. Ahora veremos más a fondo como es que las psicodinámicas de la oralidad hacen su papel en este proceso:

1) Acumulativas antes que subordinadas – Esta psicodinámica es una de las más claras en la Biblia ya que la mayoría de sus pasajes comienzan con frases como: “Y Dios creó al mundo”.


2) Redundantes y copiosas – En el caso de los cuatro evangelistas (Marcos, Mateo, Lucas y Juan), que se encuentran en el nuevo testamento, nos hablan de la vida adulta de Cristo, de cómo vivió y como se debe seguir su ejemplo para llegar al paraíso.

3) Conservadores y tradicionales – Aunque la posibilidad de poder leer la Biblia en privacidad, la tradición de las misas sigue vigente. El padre que oficia esta, se encarga de leer el evangelio y basado en él y en las lecturas previamente leídas, en la homilía se dedica a explicar problemas de la actualidad basado en la palabra de Dios.

4) Cerca del mundo humano vital – Aunque nadie ha visto si realmente existe el paraíso o el infierno, en el cristianismo como en muchas otras religiones, la fe es lo que nos hace querer creer que existen y que dependiendo de nuestros actos en la tierra iremos a uno o a otro.

5) De matices agonísticos – Basado en lo que mencionamos en el punto anterior, la gente al escuchar el Apocalipsis (Ejemplo), puede asustarse de ir al infierno y así “retomar el camino del bien”.

Bibliografía:

- Walter J. Ong. Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra. México, FCE, 1997, pp.77-78.

- Meslin Michel. Funciones religiosa y sapiencial de la oralidad en las sociedades tradicionales. pp 23-31.

- Ong Walter, La presencia de la palabra, Yale, Un. Press, 1967.

- Apuntes del curso de Historia de los Medios I.

Jimena López.

Miguel Osorio.

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