miércoles, 18 de noviembre de 2009

TUVALU






Tuvalu, más que ser una isla de la Polinesia, es una obra de arte, una película de comedia, realizada por el alemán Veit Helmer en 1999, él es un cineasta formado en la Escuela Superior de Cine y Televisión de Munich que ha realizado seis cortometrajes.
 tiene una duración de 101 minutos y se estrenó el 07 de septiembre de 2001. Esta película fue presentada en muchos Festivales de Cine europeos en los que consiguió varios premios. Esta increíble película fue candidata a los Premios del Cine Europeo 2000 dentro de la categoría de mejor descubrimiento del año y también se presentó en la sección Zabaltegi del Festival de Cine de San Sebastián 2000.

En muchos festivales más fue presentada a comparación de los cines, es muy probable que esto sea a causa de que las premisas estéticas de la película con bastante singulares. A esto, nos referimos a varias puntos, que son:
Uno de los aspectos más importantes de la película y por lo mismo llama mucho la atención del espectador, es el hecho de que la película sobre todo es un homenaje al cine mudo, a lo que se llama el género del slapstick norteamericano y probablemente el cine de Jacques Tati. La película carece de diálogos propiamente dichos, es decir, lo que sería la banda sonora está compuesta únicamente por sonidos ambientales, sonidos provenientes de los personajes como son los gruñidos y un poco de música de Goran Bregovic (El tren de la vida y las películas de Kusturika Underground, Arizona dream o El tiempo de los gitanos) y Jürgen Knieper (La vida en obras, La promesa, Lisbon story). En cuanto al guión, éste fue realizado por el mismo director de la película y Michaela Beck, una gran escritora la cual ayudo en la colaboración del guión, la realización tuvo una duración de tres años.

Aparte del maravilloso guión y ambientación, cabe recalcar que la fotografía dentro de esta estupenda película es sorprendente. El director decidió filmarla en blanco y negro, eliminarle el color al master original para así poder colorearlo después monocromáticamente en el laboratorio mediante filtros cálidos y fríos muy marcados los cuales llegan a sugerir los dos ambientes de la película que son el interior y el exterior.

Dentro de Tuvalu, existe una magia que se logra expresar de manera muy peculiar. Nos transfiere a un mundo lleno de fantasía y como lo podrían ser los sueños, de obscuridad y poética entre otras cosas. Esta película es una creación de lo podía ser una de la millones de realidades que son creadas mediante representaciones por medio de las personas. Éste mundo que recrea es evocador y teatral pero profundamente cinematográfico, por esto mismo la dirección artística es encantadoramente artesanal.
Es una película que se debe de ver más de una ves, el desarrollo esta plagado de pequeños detalles los que por supuesto no se deben pasar por alto. En cuanto a nuestra opinión personal tras haber visto la película más de 4 veces, queremos comentar lo sorprendente que fue encontrar nuevos y fascinantes detalles durante la tercera y cuarta ves de haberla visto.
La historia que se desarrolla en la película es sencilla, trata sobre una familia la cual como único negocio, poseen una piscina con pésimas, o más bien, viejas instalaciones. Los dueños del lugar hacen completo uso de su imaginación para poder llevar adelante el negocio de la familia.

Anton, un joven aprendiz de monitor de natación, mantiene la ilusión de su padre ciego de que la piscina siga intacta y muy concurrida. Anton es un excéntrico solitario que sueña con navegar por los anchos mares rumbo a Tuvalu, sueño que comparte con Eva, joven de 18 años a quien le agrada mucho el carácter especial de Anton. El fallecimiento de su padre en la piscina al caerle un trozo de techo les impide salir al mar con el remolcador de Eva. El culpable de lo sucedido no es otro que Gregor, el hermano de Anton, cuyo objetivo es destruir la piscina, y de paso toda la ciudad, para reemplazarla por una nueva ciudad futurista. Anton tiene difícil la labor de salvar la piscina y mantenerla abierta, pero todo resultaría soportable si al menos se ganara el corazón de Eva.


ANDREA DE LA PEÑA Y SANTIAGO ELVIRA

1 comentario:

  1. En mi opinión, es triste que este tipo de propuestas de cine, en general las diferentes, se queden en los festivales y no lleguen a la gente. Es importante que se llegue a concebir el cine también como un arte y no solo como un medio de entretenimiento, por lo que las personas deberían de estar familiarizadas con películas del estilo de Tuvalu.
    Pia Gómez

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