Por Andrea Leiva y Alonso San Millán
Vivimos en una sociedad postmoderna y postindustrial. Desde finales de los años cincuenta se ha hecho una revolución tecnológica que se acentuó en el último cuarto del siglo XX.
En esta sociedad postmoderna, el saber se ha transformado en el motor principal que mueve al mundo, tanto económicamente, como socialmente. La economía y la sustentabilidad de las naciones desarrolladas se basan en su conocimiento el almacenaje del mismo. Ellos venden su conocimiento y de la misma manera explotan éste conocimiento para lograr transformar la materia prima en terciaria. Desde hace ya varias décadas, hemos entrado en una nueva era donde el control y el poder económico y político no lo tiene quien tenga mayores recursos naturales, sino el que posea mayor conocimiento sobre la explotación de los recursos naturales y su transformación. Esto quiere decir que en la era en la que vivimos se apoya completa y ciegamente en el conocimiento y, por consiguiente, en el lenguaje escrito ya que este representa la principal fuente de información. Las tecnologías y las ciencias de punta, se apoyan en el lenguaje escrito; como dice Jean Francois Lyotard en su obra La condición postmoderna:
“El saber se encuentra o encontrará afectado en dos principales funciones: la investigación y transformación de conocimientos.”
Sin lugar a duda el conocimiento que se ha ido almacenando de forma escrita, tanto en documentos escritos e impresos, como en bases de datos a la cuales tenemos acceso a través de internet, han cambiado y transformado a las poblaciones activas cambiando así el rumbo del mundo entero. Es el principal ingreso de los países desarrollados y constituye el embudo de los países subdesarrollados. En la actualidad el internet se ha convertido en el motor de distribución y almacenaje de información, en su mayoría escrita, de cualquier índole.
Pero a pesar de que las poblaciones activas se basan en la creación, almacenaje e intercambio de información y conocimiento a través del internet, es importante mencionar que no todo lo almacenado es veraz y válido; hoy en día casi cualquier persona puede subir sus textos e ideas a la red sin ser un especialista o conocedor del tema del que decide hablar, o en este caso, escribir. Esto quiere decir, entonces, que el internet, sin lugar a duda, ha cambiado al mundo de manera acelerada, pero a la vez en gran parte desordenada e inasertiva.
En conclusión, se debería de considera la producción de información, conocimiento y su almacenaje a través del lenguaje escrito como una de las principales causas del crecimiento económico mundial el cual ha ascendido más de diez veces en los últimos cincuenta años. Ya que si el conocimiento nuevo no pudiera ser almacenado este no podría evolucionar y tener como consecuencia el ascenso económico que se basa en el desarrollo por ejemplo, de tecnologías que agilicen el proceso de materias primas; o tecnologías que mejoren la calidad de vida. Pero debemos de tomar en cuenta que todo este crecimiento es una navaja de dos filos. El saber ha hecho que destruyamos lentamente al mundo y nos ha hecho personas menos conscientes de las repercusiones que esta destrucción tiene para nosotros. Por eso si no aprendemos a enfocar y a emplear de manera correcta nuestro conocimiento almacenado a través del tiempo cavaremos nuestra propia tumba y retroceso.
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