lunes, 20 de abril de 2009

Autores Anonimos por Samara Cruz







Autores Anónimos por Samara Cruz De la Rosa

Hoy en día al hablar de libros, bibliotecas etc., en nuestra sociedad, suele ser un tema de conversación aburrido y de poco interés, pero jamás nos ponemos a pensar que gracias a los libros y documentos que se han escrito a lo largo de la historia, fueron contribuyentes para que pudiéramos plasmar pensamientos y estudios, que han abierto una gran brecha de investigación para que las nuevas generaciones aprendan y compartan este conocimiento y así el mundo crezca homogéneamente.

El ser humano no siempre ha tenido la oportunidad de transmitir sus ideas de forma libre, y en este caso, de acuerdo con el título que he nombrado a este artículo, “Autores Anónimos”, me refiero a todos aquellos copistas que fueron utilizados por el poder del Iglesia para escribir y escribir miles de páginas, con la finalidad de salvarse de sus pecados. De acuerdo a la Real Academia Española, copista es: “Persona que se dedica a copiar escritos ajenos”, es decir estas personas jamás tuvieron la libertad de opinar acerca de su entorno.

“La realidad empírica se diluye ante la lectura de los prototipos del pensamiento divino” (Balderas Vega Gonzalo, 2008)


“Las precisiones dogmáticas están dispersas en las enseñanzas de los padres y se desprenden sobre todo del mismo icono, de su evidencia luminosa, de su vida prodigiosa en la que se puede seguir paso a paso el dinamismo de la Tradición…”(Balderas Vega Gonzalo, 2008). Para los copistas el arte de escribir, debía ser aprendido en alguna escuela, ya que no era un talento innato, por que para saber escribir se debía saber un poco de latín, y conocer la simbología para poder realizar juegos de palabras.


La Iglesia pretendía a través de sus escritos, contar la creación del mundo, los dogmas de la religión cristiana, la jerarquía de las virtudes, la variedad de las artes y oficios y tomaba como ejemplo a sus santos; todo esto era con la finalidad de acercar al prójimo a conocer la verdad. “En los primeros siglos de la Edad Media no existía el amor propio literario, la vanidad de un autor; era demasiado evidente que una doctrina pertenecía a la iglesia, no al que la exponía” (Balderas Vega Gonzalo, 2008). El autor o copista, solo plasmaba lo que se le pedía; para el no significaba algo importante el escribir su nombre, solo quería ser salvado de su pecado.

La escritura a tomado diferentes caminos a lo largo de la historia, no solo consta en escribir garabatos como lo realizaban los copistas, hoy en día significa todo un esfuerzo y una sensación de placer para el autor, actualmente la acción de escribir un libro, tiene un gran valor para el autor, ya sea sentimental, el deseo de compartir su experiencia de vida con el lector, o por otra parte la intención que tiene es compartir su conocimiento. En esta época que estamos viviendo, el autor tiene la necesidad de plasmar su nombre y publicar su libro, el escritor jamás piensa en volverse rico por haber escrito un libro, para esté, publicar un libro representa un éxito y un alivio para su alma, por que si no lo realiza cae en la frustración.



Bibliografía

1. Fossier Robert, “Gente de la Edad Media”, editorial Taurus, México, 317-319 p.p
2. Balderas Vega Gonzalo, “Cristianismo, sociedad y cultura en la Edad Media, Una visión contextual” , editores Plaza y Valdés, México, 455-472 p.p
3. http://es.wikipedia.org/wiki/Copista
4. http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=copista

1 comentario:

  1. Muy buena entrada, aunque también habría que reflexionar sobre lo que significa la autoría.

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