lunes, 18 de mayo de 2009

Sin Nombre

Por: Alejandra Mijares

Siempre había preferido la prosa a la poesía. Ahora ya no. Por fín entendí la belleza que unas cuantas palabras pueden encerrar. Al fin entendí aquello que decía Bukowski cuando decía que la prosa es escribir muchas palabras para decir pocas cosas y que la poesía es escribir pocas palabras para decir muchas cosas. Al fin entendí algo que ninguna explicación académica me pudo dar a entender: La poesía es un arte. Las pocas, bien medidas y exactas palabras expresadas en fondo y forma específicos adquieren un poder enorme, oculto en pequeñas letras, en palabras, en parejitas de sílabas que tienen tanto y tanto poder. Algunas personas descubren la belleza de la poesía en textos de Baudelaire o de Girondo o de Goethe pero a la poesía yo la descubrí en una película de Sergio Leone. En "Il Buono, Il Brutto, Il Cattivo" (El Bueno, El Malo Y El Feo) de 1966 para ser más exacta. No recuerdo haber visto ninguna otra película de Sergio Leone, hecho que al mismo tiempo lamento y celebro. Lamento no haber conocido hasta ahora la obra de un genio o de unos genios. Por otra parte creo que el tiempo en el que llego a conocer su obra es prudente pues así tal vez pueda apreciar mejor sus distinguidos trabajos. Llamar a "Il Buono, Il Brutto, Il Cattivo" poesía podría parecer algo excesivo a ojos de algunos puristas pero con la prontitud y determinación con la que lo digo lo sostengo.
Uno de mis discos favoritos de todos los tiempos es el "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band" de The Beatles, todas y cada una de las canciones que lo componen tienen un lugar especial en mi corazón y en mis recuerdos, todas las canciones me sorprendieron cuando las escuché pero la que más lo hizo sin duda fué A Day In The Life. Cuando escuché por primera vez esa canción me pareció tan perfecta que no paré de escucharla todo ese día. Mi parte favorita era, claro, cuando la instrumentación se va y se escucha un pequeño silencio, un cambio de tono y las palabras: Woke up, fell out of bed... (saben de lo que hablo ¿cierto?) Me maravillaba esa parte y jóven como era en ese entonces sentía de verdad que estaba descubriendo el agua tibia así que al que me dejara mostrársela se la mostraba y le explicaba por ahí del minuto 2:10 que me encantaba esa parte porque era muy sencilla en apariencia cuando en realidad era muy compleja. La mayoría me seguía la corriente por educación pero no mi padre, él si se lo tomó en serio y después de escuchar lo que yo tenía que decir al respecto me dijo determinantemente: Esa es la sencillez de la verdadera grandeza.
Cuando veo El Bueno, El Malo y El Feo, esa frase cobra tanto sentido como cuando de nuevo escucho la canción final del Sgt. Y es que, probablemente para los genios como Leone o Morricone o los mismos Beatles lo que para otros parece complicado o imposible para ellos es sencillo o fácil o simplemente posible (do-able). Probablemente Tesla resolvería una ecuación que para Edison era imposible tan fácil como Leone crearía la toma que necesitaba y que ahora lleva su nombre en vez de complicarse la vida como cualquier otro director lo hubiera hecho.

Para mí El Bueno, El Malo y El Feo es poesía porque a pesar de que, como lo hice en este escrito, puedo comparar con muchas cosas lo que siento y pienso cuando veo el film, cuando veo lo que veo y escucho lo que escucho lo único que siento y en lo único en lo que puedo pensar es: Ésto es poesía.


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